Encerrada en mi casa. Ya hace más de una semana. Me siento atrapada, sola, triste, ansiosa, agobiada, enfadada porque en este tiempo he visto a más médicos que en todo un año. Médicos que se contradicen y que me vuelven loca. Que hacen que me drogue con mil medicinas. El botiquín que tenía cuando me vine a vivir aquí contenía paracetamol, tiritas, yodo y poco más. Y ahora es peor que una farmacia. No tengo hambre, pero no me queda más remedio que comer si no quiero destrozarme el estómago. Me he perdido el viaje que tenía el pasado fin de semana a París. En principio el lunes me dan el alta. Es desesperante ver como no pasan las horas, como pasan los días y ves que no mejoras…
Hoy, por fin he podido dormir toda la noche del tirón. No me lo creía ni yo cuando me ha sonado el despertador para tomarme el antibiótico. Empiezo a ver la luz, poco a poco mi cuerpo empieza a salir a flote. Quiero volver a sentirme yo misma. Tan nerviosa y vital como siempre. Ir a trabajar, coger mi rutina diaria, preparar mi viaje a Berlín. En una semana estaré allí!!!! Quien lo diría…